En el Cerro de La Paz se asentaba la aldea de El Campo, núcleo original de lo que hoy es la localidad. El Campo es una de las cuatro poblaciones mencionadas en la documentación medieval que existe de la localidad. La aldea de El Campo acogió población procedente de otros puntos que quedarían, con el pasar del tiempo, deshabitados (Chitrana, Posadas Viejas y Villajos), y finalmente se erigió en la localidad que actualmente conocemos como Campo de Criptana. De hecho, en el plano del término municipal de Campo de Criptana elaborado en 1885 por el Instituto Geográfico Estadístico se representa el hoy conocido Barrio del Albaicín.

Como elemento de gran relevancia característica encontramos un barrio de calles con un trazado sinuoso, con calles en pendiente que ofrecen magníficos miradores de la llanura manchega. El barrio del Albaicín tiene un destacado valor patrimonial por albergar un elevado conjunto de casas-cueva (viviendas excavadas en la tierra o en la roca, que mantienen la temperatura, y en las que solían vivir familias humildes, muchas veces con sus animales) y cuevas-silo, por su notable calidad estética y su indudable interés etnográfico: La Casa-cueva “Pastora Marcela”  es accesible mediante la visita guiada que organiza la Oficina de Turismo, y así conocer de primera mano este tipo de construcciones y cómo vivían las familias que las habitaban.