Historia

De Campo de Criptana

Campo de Criptana

El territorio que circunda a Campo de Criptana fue poblado desde épocas prehistóricas, fundamentalmente el período del Bronce, y más adelante, en época ibérica-romana.

Sin embargo, es a partir del siglo XIII cuando se tiene constancia de los enclaves que han dado lugar al núcleo urbano de Campo de Criptana surgido desde varios asentamientos de cierta entidad denominados Criptana, Villajos, Posadas Viejas y El Campo, así como otros de menor importancia como Villagordo, El Pico de la Solana, etc.

 

Campo de Criptana:

Criptana, emplazada a unos dos kilómetros al este del núcleo urbano actual, figura como un lugar que, con la denominación de Chitrana, fue cedido en 1162 por la Orden de San Juan al caballero mozárabe toledano Miguel Assaraff para que lo repoblara. Posteriormente pasó a la Orden de Santiago constituyéndose como el centro de una encomienda con bienes también en Villajos y Pedro Muñoz. En el siglo XIV ya estaba despoblada.

El lugar denominado Villajos, a unos cuatro kilómetros hacia el norte del núcleo urbano actual, ha sido ocupado por el hombre desde tiempos prehistóricos y aparece citado en 1162, junto con Chitrana, Kero y Attires, como propiedad de la Orden de San Juan. Se despobló a partir del siglo XII y sobre la primitiva iglesia del núcleo se levantó el actual Santuario del Santísimo Cristo de Villajos, patrón de la localidad.

El Campo surgió en el emplazamiento actual del núcleo urbano, en torno a una posición fortificada del cerro de la Paz que cumplía función de avanzadilla del Castillo de Criptana. Pese a ser el núcleo más reciente, surgido con la repoblación en el siglo XIII, atrajo a la población de los núcleos circundantes, tal vez por lo saludable de sus aguas y sus aires. Los asentamientos citados anteriormente acabaron por desaparecer a favor del nuevo núcleo que, con el nombre de Campo de Criptana, aparece documentalmente a comienzos del siglo XIV, en concreto a partir de 1328, fecha en la cual se data la carta privilegio del maestre de la Orden de Santiago Don Vasco Rodrigues.

En 1523 el emperador Carlos V confirma los privilegios que los Reyes Católicos y Juana I de Castilla habían confirmado y otorgado a Campo de Criptana. Hacia 1575 se superaban los 4.000 habitantes, cifra que a principios del siglo XVII se había incrementado hasta unos 5.000. Tendencia que se invirtió en esa centuria, de forma que en 1669 los criptanenses eran alrededor de 3.600, teniendo como motivos la peste y el hambre consecuencia de malas cosechas.

 

Nuestra época dorada

La época histórica más conocida de Campo de Criptana hace referencia al siglo XVI, debido a que este municipio típicamente manchego y, más en concreto, su Sierra de los Molinos fue el lugar que inspiró a Cervantes para narrar la celebérrima aventura de la literatura universal de Don Quijote contra los Gigantes. Así lo atestiguan las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575) y el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752), al ser el único pueblo de las cuatro provincias manchegas con tantos molinos de viento, un total de 34, más que todos los pueblos de esta comarca natural.

Además de los molinos de viento, en torno al siglo XVI se fechan algunos de los monumentos más importantes del municipio, como la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, el Pósito Real, el Convento de Carmelitas Descalzos, o las Ermitas de la Virgen de la Paz, de la Veracruz o de Santa Ana. Por su parte, en el siglo XVII destacan las construcciones de la ermita del Cristo de Villajos y el Pozo de Nieve.

El siglo XVIII fue de una recuperación lenta, llegándose hasta los 5.000 habitantes, tendencia que se mantuvo a lo largo del XIX y principios del XX. Durante estos dos últimos siglos la economía ha estado basada en los productos agrícolas mediterráneos típicos: cereales, olivo y vid, y en la ganadería lanar. Del sector secundario debe mencionarse la producción de harina y la artesanía textil.

Este panorama cambió de forma significativa con el desarrollo de la vid y de la producción vinícola a finales del siglo XIX y en las primeras décadas del XX, fenómeno favorecido por la extensión de la filoxera en Francia y en el este de España, lo que propició la llegada de bodegueros y exportadores de vinos a esta tierra con unos suelos y condiciones climatológicas ideales para este cultivo que permiten que hoy en día Campo de Criptana disponga de 7 bodegas integradas en la Denominación de Origen La Mancha.

Campo de Criptana hoy es un pueblo con un vasto bagaje cultural e histórico, que a través de un gran trabajo de valorización de su patrimonio y de la valentía y compromiso de sus gentes, mira al futuro convencida de sus amplias posibilidades.

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