Con cerca de cinco siglos de historia, pues se tiene constancia de la existencia de alguna de las cofradías actuales en la segunda mitad del siglo XVI, la Semana Santa criptanense es una celebración que aúna tradición y religiosidad con un patrimonio artístico en templos e imaginería que destaca por su calidad.
Sus procesiones, llenas de particularidades, destacan por su cronología en lo que viene a constituir la mejor catequesis en la calle de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
La historia de las cofradías de “Pasión” y por tanto, de la Semana Santa tiene dos períodos claros y diferenciados, separados por la Guerra Civil. Hasta 1936 existían dos cofradías en Criptana, la de la Veracruz y la de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad Angustiada, ambas con origen en el siglo XVI. Concretamente la primera ya tenía Estatutos aprobados por la Orden de Santiago en 1556 y sede propia en la ermita de la Veracruz desde 1573. De la segunda se tienen datos de su existencia en 1568, bajo la denominación de Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, con sede desde el siglo XVII en la ermita de la Madre de Dios. Ambas instituciones, aparte del culto externo, tenían como misión la asistencia a los entierros de sus cofrades, así como costear sus exequias y funerales.
La Cofradía de la Veracruz ha sido la encargada hasta nuestros días de la procesión del Jueves Santo donde procesiona la imagen titular del Santísimo Cristo de la Columna. Por su parte la de “la Madre de Dios” centraba sus desfiles procesionales en la mañana del Viernes Santo con la “procesión del Paso” y en la tarde de ese día la “procesión del Santo Entierro”. En la primera con la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno y en la segunda con las imágenes de la Virgen de la Soledad y el Cristo Yacente.
A finales del siglo XIX y principios del XX se aumenta el número de pasos, principalmente por parte de la Cofradía de Jesús Nazareno, adquiriendo una Virgen Dolorosa, María Magdalena, San Juan, la Verónica, y los grupos escultóricos del Prendimiento y la Oración en el Huerto. Por su parte, la Veracruz adquiere el magnífico grupo escultórico del Descendimiento de Nuestro Señor y la imagen del Resucitado. De finales del XIX también, es el inicio de las famosas “Subastas” de pasos en Criptana y las primeras procesiones del Resucitado.
Todo el patrimonio de las dos cofradías fue destruido en agosto de 1936, interrumpiéndose las celebraciones de Semana Santa hasta 1940, momento en que comienza el segundo período de la historia de nuestra Semana Santa. Este se caracteriza por ampliar la nómina de cofradías hasta 6, apareciendo ya en 1940 la del Santo Entierro y la del Cristo de la Expiración. En 1946 aparece la de Jesús Cautivo y en 1958 la de San Juan y Nuestra Señora de los Dolores. Se recupera todo el patrimonio perdido y se amplía el número de pasos hasta los 29 actuales. Las procesiones tradicionales de la “Veracruz” el Jueves Santo, “el Paso” el Viernes Santo por la mañana y del “Santo Entierro” por la tarde, se amplían con la procesión del “Viernes de Dolores”, la de la “Borriquilla” el Domingo de Ramos, la de “Medinaceli” el Martes Santo, la de “los Cinco Misterios” el Miércoles Santo y el Viacrucis del Silencio en la madrugada del Viernes Santo, cerrando como a finales del XIX con la del Resucitado.
Jornada de penitencia en lo que viene a ser el último viernes de Cuaresma. Por la noche, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores protagoniza la primera de las procesiones por un recorrido repleto de público y marcado por el silencio y la tenue luz de las calles.
Oración y recogimiento plasmado no solo en este desfile procesional sino en el tradicional Viacrucis al Santuario del Cristo de Villajos participado por numerosos fieles que viven con intensidad estas primeras horas de Semana Santa.
Palmas y ramos de olivo inundan las calles criptanenses en la mañana de este día. Cofrades de todas las hermandades junto a niños y niñas de Primera Comunión y gran parte de la comunidad parroquial participan del cortejo litúrgico con la imagen de Jesús entrando en Jerusalén.
Una jornada en la que se celebran las tradicionales subastas de las imágenes que serán procesionadas los próximos días y que llena de público y cuadrillas la Plaza Mayor del municipio.
Lunes Santo:
Jornada de confesiones comunitaria, en una noche marcada por los trabajos de montaje de gran parte de las imágenes de la Semana Santa, y por las ofrendas florales a distintos pasos realizadas por agrupaciones musicales.
Martes Santo:
Noche de Medinaceli y Redención. Desde la decana ermita de la Veracruz parte el cortejo procesional al que se suma una gran cantidad de devotos que llevan a sus espaldas las peticiones y acción de gracias que han atesorado ante unas imágenes que cada viernes del año recogen el sentir de un pueblo.
Rosario de Penitencia y procesión de los Cinco Misterios. La representación plástica de los misterios dolorosos protagoniza una celebración religiosa en el interior del templo parroquial llena de emoción y oración acompañada de música en directo y reflexiones de gran carga espiritual.
Día del Amor Fraterno. El vecindario participa activamente del inicio del Triduo Pascual en los Santos Oficios que se ven completados con la procesión de la Veracruz en la que tendrán cabida imágenes representativas de ese día como la Santa Cena o la oración de Cristo en el huerto de Getsemaní.
Por la noche, en la madrugada, el silencio se hará oración con un Viacrucis que recorrerá diferentes itinerarios al amparo del Cristo de la Expiración y su Madre María Santísima de la Esperanza.
Desde bien temprano, Jesús Nazareno recorrerá las calles criptanenses emulando las tres caídas que la tradición recoge que dio en su camino hacia el Gólgota. Centenares de penitentes arropan esta talla que junto a otras diez imágenes completan la procesión de El Paso a la que se unirá la procesión del Encuentro en recorrido paralelo hasta la Plaza del Calvario.
Por la tarde, los Oficios se vuelven lúgubres con la cruz presidiendo las celebraciones, en los momentos previos a la procesión del Santo Entierro con imágenes que emulan desde la Crucifixión de Cristo hasta su colocación en el sepulcro, con una madre rota por la Soledad.
Sábado Santo
Fin del Triduo Pascual con la celebración de la Solemne Vigilia en una parroquia llena de luz y con la fragancia de centenares de flores. Los criptanenses festejan la alegría de la Resurrección en una procesión que se inicia cerca de la medianoche y en la que participan numerosos cofrades que rezuman alborozo en un cortejo con música y fuegos artificiales.
Lunes de Pascua
Punto final de la Semana Santa criptanense con la celebración del Día de la Virgen de Criptana. Desde el día anterior, el cerro de la Patrona se llena de fieles de todas las edades que con júbilo y llenos de felicidad honran a la Virgen en actos religiosos y de gran tradición popular.
Una jornada que finaliza con el traslado de la imagen desde su Santuario hasta la población acompañada de centenares de vecinos y vecinas que generan una alfombra humana a su paso. Una estancia en el templo parroquial que se prolongará hasta principios del mes de junio.