La Mancha fue el lugar elegido por Miguel de Cervantes como el origen de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, novela publicada en el año 1605, y lugar en el que transcurrieron gran parte de sus hazañas.
El capítulo VIII de esta universal obra, titulado “Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación” convirtió a los Molinos de Viento en el mejor y más popular icono de La Mancha, y posiblemente de España. Los Molinos de Campo de Criptana son los “Gigantes” protagonistas de este capítulo, según los estudiosos cervantistas deducen tras el estudio de los datos y documentación existente.
Los Molinos de Viento de Campo de Criptana son, según los estudiosos cervantistas, los que inspiraron a Miguel de Cervantes Saavedra para, en la más destacada y universal obra de la literatura española “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha”, narrar la aventura más célebre de esta novela, la de Don Quijote contra los “Gigantes”. Así lo atestiguan especialistas en la obra y lo certifican las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575) y el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752), confirmando 34 molinos en Campo de Criptana, el único pueblo con tantos “gigantes” en la Península Ibérica.
Se encuentran en la Sierra de los Molinos, un espacio que, según la terminología de la Ley del Patrimonio Histórico vigente, es “zona arqueológica”, debido a que los molinos son una buena muestra de arqueología industrial. Asimismo, la Sierra de los Molinos y el Cerro de la Paz fueron declarados Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico, en el año 2001.
Los Molinos de Viento estuvieron en funcionamiento en Campo de Criptana hasta la década de los años 50 del S. XX. En ellos se molía el grano con el que luego se hacía el pan y otros productos de primera necesidad.